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martes, 31 de enero de 2017

Contratiempo

Aprendí a ser yo mismo en el carrusel de la verbena 
que instalaban cada verano muy cerca del barrio. 
Cuando zumbaba la sirena y se paraba, dejaba la mano de mi abuela y volaba a elegir dónde ser yo mismo sobre uno de los aparatos del tiovivo. 
Los hermosos corceles y demás animales que subían y bajaban, jamás llamaron mi atención. 
El coche de la policía era extremadamente seductor, sí, pero muy disputado. 
Elegía siempre una especie de camioneta ruinosa que, si no me subía yo, giraba sola, 
sin ningún niño al volante. 
Este fue mi primer contratiempo: 
¿Por qué aquello que me gustaba no le agradaba a nadie más? 

Canet

La vida

La vida se encuentra lejos 
y a la vez está cerca. 
Se encuentra en lo que sucede 
y en lo que está por acontecer. 
En las charlas y en los silencios. 
Se presenta donde todos la buscan 
y donde tal vez pueda estar. 
Uno cree que la vida es como una línea del metro cuyas señales sean paradas donde los pasajeros se montan o se apean. 
No hay nada más insólito que la vida. 

La vida respira por fuera y por dentro, en cada uno de los bordes, muy allá o demasiado aquí.
Es aquello que palpita en un vocablo, 

en un sonido, durante un momento.

Canet.

lunes, 23 de enero de 2017

Silvia

Si tu piel no fuera tan sedosa,
ignoraría que tu figura es una prolongación de la mía,
ni podría tomarte a través de la península de tus dedos.
¡Oh, Silvia!
Hemisferio hundido en mi sangre,
murmullo de alas
cuando el tiempo se despedaza
y sólo permanece la fatiga de vivir.
Mujer que me proyectas cada día:
sólo cuando tú me acaricias
sé que soy distinto y me admito.

A Silvia R.L
Canet